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¿Usted sabe defender su fe? Una introducción a la apologética cristiana
Este libro es una breve introducción a la apologética cristiana. En un lenguaje claro y accesible el autor considera los siguientes temas: La existencia de Dios, las Sagradas Escrituras, la singular personalidad de Jesucristo, la importancia de la filosofía y la teología, la defensa de la fe y la influencia del cristianismo en la historia.
El objetivo principal de este libro es poner en manos de los lectores un material que los motive a mantenerse firmes en la fe y presentar en todo momento un testimonio razonable y eficaz. Como señala un autor: “Defender la fe hasta el límite de nuestra capacidad no es un lujo ni una indulgencia de la vanidad intelectual. Es la tarea encomendada a cada uno de nosotros al dar testimonio de nuestra fe delante del mundo”.
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A continuación comparto la Introducción del libro
Introducción
Una definición de apologética cristiana es afirmar que se trata del área de la teología que se especializa en usar argumentos racionales para defender y difundir el cristianismo.
En este libro nos referiremos principalmente al tema de la existencia de Dios, de su Hijo Jesucristo, y sobre la autoridad de las Sagradas Escrituras, así como de otros aspectos relacionados. Nuestro objetivo es poner en manos de los lectores un material que los motive e inspire a mantenerse firmes en la fe y presentar en todo momento un testimonio valiente y razonable.
Cuando hablamos de defender nuestra fe, o cuerpo de doctrinas, se entiende que no nos estamos refiriendo a usar la violencia; no tenemos que arrojar piedras contra quienes no piensan como nosotros. Mas bien, el consejo apostólico es que en nuestro testimonio deberíamos actuar con gentileza y respeto. Dice así 1 Pedro 3:14-16: “Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis. Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo”.
Sobre este tema el escritor R. C. Sproul señala: “…la apologética plantea también el caso de la fe cristiana, es decir, la tarea positiva de estructurar lo que el cristianismo es y su aplicabilidad a cada cultura, así como también presentar la fe cristiana como la única (y por lo tanto la mejor) opción frente a los sistemas de pensamientos filosóficos y teológicos del mundo”. 1
El apologista cristiano tiene, por lo tanto, una tarea difícil y delicada, con el agravante que muchas veces no es comprendida ni aún por quienes profesan la misma fe, los cuales mantienen la posición de que la fe cristiana está reñida con la razón, y que no hay necesidad de dar explicación acerca de lo que creemos y practicamos. John Stott dice que “… es un gran error suponer que la fe y la razón son incompatibles. En la Escritura se oponen la fe y la vista, pero no la fe y la razón. Por el contrario, la verdadera fe es esencialmente razonable, porque confía en el carácter y las promesas de Dios”. 2
José M. Martínez señala: “En la perspectiva cristiana es vista la razón como uno de los dones más preciados otorgados al hombre por el Creador. No puede, pues, ser menospreciada, y menos aún anatemizada. Sin embargo, cuando es elevada a la categoría de árbitro incuestionable en el campo del pensamiento se cae en el racionalismo, doctrina según la cual el único órgano adecuado o completo de conocimiento es la razón. En la esfera del pensamiento sólo importa lo que puede ser demostrado, con lo que se descarta toda religión subjetiva”. 3
En las siguientes páginas intentaremos ofrecer algunas pautas que nos permitan tener una mayor claridad sobre este importante y controversial tema, con el propósito de ser cristianos fuertes y seguros que sepamos responder a las preguntas y cuestionamientos de quienes no comparten o se oponen a nuestras creencias y manera de vivir.
Como leemos en Judas 1:3: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”. Y a los cristianos de Filipos el apóstol Pablo les dice: “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios” (Filipenses 1:27,28).
Finalmente, queremos dejar especial constancia de nuestro agradecimiento por el valioso aporte de otros autores, de quienes hemos tomado algunas citas que han enriquecido el contenido de este libro.